La idea de Los Embarradores vino de Francia,
cuando José Laborde Ariza, hijo del capitán de una embarcación que traía
mercancía desde los puertos de ese país, quiso imitar lo que hacían los
integrantes de un grupo folclórico en las calles de París, los cuales se
llenaban de barro y celebraban así cada año la Toma de la Bastilla durante la
Revolución Francesa.
Estando en Riohacha reunió un grupo de
trabajadores de los barcos el domingo de carnaval de 1867, llegaron a la Laguna
Salá, que fue donde encontraron un barro similar al francés, se revolcaron
hasta cubrirse todo el cuerpo y llegaron hasta el Parque Padilla, donde se
encontraban bailando el tradicional Pilón. Los allí presentes se asustaron, por
lo que todos salieron despavoridos buscando refugio para resguardarse de lo que
creían era un ataque de algunos demonios o fantasmas.
"Los Embarradores han
mantenido una tradición, la cual esperan transmitir a las futuras generaciones.
El que es riohachero sale a embarrarse el domingo
de carnaval en la Laguna Salá y a desfilar por las principales calles de
Riohacha para luego bañarse en el hermoso mar Caribe que circunda a esta
ciudad.
Son Los Embarradores, una tradición que cumple
146 años en el Carnaval de Riohacha, que es auténtica e irremplazable y que se
espera preservar por mucho tiempo más.
Con sus sonidos guturales y característicos, al
son del Pilón Riohachero, participan alrededor de 400 personas, quienes
disfrutan revolcándose en el barro, el cual es preparado una semana antes del
desfile.
En esta tradición carnavalera inicialmente solo
participaban los hombres, pero en el año 1967 un grupo de mujeres se vinculó de
manera activa y desde entonces ellas también son protagonistas, con lo cual
queda integrada la familia en una tradición y garantiza la semilla para que
vengan muchos años más con Los Embarradores.
Sin embargo, al percatarse que solo era otro
grupo de carnavaleros llenos de barros, se mezclaron para seguir con las
festividades, no sin antes bañarse en el mar para limpiarse. Desde ese día Los
Embarradores, no han dejado de estar presente en los carnavales de Riohacha.
De esta manera lo relata Orlando Esaú Vidal
Joiro, en su libro El pilón y los embarradores de Riohacha.
La huella para señalar el camino
Durante su recorrido Los Embarradores van dejando su huella en las viviendas y abrazando o tocando a las personas que se encuentran en el camino. Según Evert Brugés Pinto en su libro “Reseña histórica de Los Embarradores”, el análisis de la huella estampada de estos en las puertas de las casas, es una manifestación del contexto sociocultural que indica el camino que ha seguido, la identificación de su presencia y el lazo de complacencia afectiva.
Durante su recorrido Los Embarradores van dejando su huella en las viviendas y abrazando o tocando a las personas que se encuentran en el camino. Según Evert Brugés Pinto en su libro “Reseña histórica de Los Embarradores”, el análisis de la huella estampada de estos en las puertas de las casas, es una manifestación del contexto sociocultural que indica el camino que ha seguido, la identificación de su presencia y el lazo de complacencia afectiva.
Se requiere de un vestido entero
Para ser “embarrador”, solo se debe contar con un vestido entero viejo, franelas o camisas manga larga, unos zapatos adecuados y un capuchón que solo tenga los agujeros para ver. El objetivo es mantenerse en el anonimato y darle rienda suelta a la alegría, sin restricciones. El sábado de carnaval en horas de la noche comienzan a reunirse en la Avenida Circunvalar de Riohacha todo el que desee participar, para entonarse con unos buenos tragos y luego comenzar a embarrarse en la Laguna Salá.
De allí salen por las principales vías de
Riohacha, sin dejar en ningún momento de bailar el Pilón y hacia las cuatro o
cinco de la mañana llegar a las playas para sacarse el barro.
Una Fundación sin distingo de clase social
La tradición de Los Embarradores, al contrario de otras manifestaciones, que comienzan en los estratos altos hasta llegar a los más bajos, comenzó con personas que no tenían un nivel cultural tan alto, según lo afirma Vidal Joiro en su libro.
En la actualidad quienes se disfrazan y salen a
desfilar, pertenecen a cualquier estrato social y no tienen distingos de
ninguna clase.
Con el fin de mantener esta tradición se creó el primero de febrero de 1999, la Fundación Cultural Embarradores de Riohacha, que se encarga de la coordinación y organización de las actividades que se realizan en el marco de los carnavales cada año.
Con el fin de mantener esta tradición se creó el primero de febrero de 1999, la Fundación Cultural Embarradores de Riohacha, que se encarga de la coordinación y organización de las actividades que se realizan en el marco de los carnavales cada año.
El presidente de esta Fundación Iván Brugés,
afirma que cuentan con 300 miembros activos, quienes trabajan por preservar, no
solo la manifestación de “Los Embarradores”, sino la del “Pilón Riohachero” y
el rescate de los instrumentos utilizados, la música, el vestuario y la
expresión oral propias de estas tradiciones.
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